En un principio todo parece lejano, imaginario, hasta que nos enteramos que el hijo de la vecina conoció a su mujer en un sitio de citas online, y todo toma un tinte real. Resulta que el otro día me encontré con una amiga que no veía hace mucho tiempo y me cuenta que se está yendo a vivir afuera. ¿Dónde? ¿Por qué? ¿Con quién? ¿Cómo se dio? Mil preguntas saltaban cual catarata de mi boca. La conversación de un momento para el otro dio un giro inesperado y cayó en el tema que nos concierne: citas online. He aquí la historia. Mujer de cuarenta, linda, exitosa y soltera decide completar su perfil en una web de citas online.
¿Su estrategia? No caer en lo común, no intentar agradar, sino simplemente ser sincera y espontánea. Y… voliá! Funcionó de mil maravillas. El tema fue así: subió unas fotos, se dedicó a completar gustos, intereses, etc, (igual que al completar tu perfil en ZonaCitas) y a modo de ensayo decidió tener otro paralelo, algo así como un lado B bien ratonero. ¿Es necesario transcribir las conversaciones de ambos?
Mientras que a la osada le llegaban propuestas indecentes de todo tipo, a la real la contactaron hombres con un interés real, a quienes les había llamado la atención la sinceridad y simplicidad de su perfil. Así, la bombardeaban mensajes insólitos por un flanco, y en simultáneo el otro se caracterizaba por la amabilidad, la regularidad y la sensación de que del otro lado del monitor había otro ser humano como ella.
En resumidas cuentas, del equipo de los amables eligió a dos, salió con ambos, y se decidió con uno, con quién continuó saliendo y ahora están a días de convivir.
Les hago un ping pong con las preguntas que seguramente rondan sus cabezas:
- ¿Cuánto tiempo pasó entre que empezaron a chatear y decidieron conocerse físicamente? Unas semanas
- ¿Qué sucedió en esas salidas? Fueron evolucionando, desde un encuentro casual en un café –lo más recomendado para empezar- hasta cenas, cine, recitales y cosas más románticas
- ¿Cómo decidió con cual quedarse? Mariposas y piel, es simple darse cuenta con quién uno se quiere quedar, ¡igual que si los hubiera conocido en una fiesta!
- Y por último ¿Qué pasó con su lado B? Lo dejó en stand-by, congelado, y cada tanto se pega una vuelta, como para reavivar fantasías…