El miedo a enamorarse es más normal de lo que crees.
Las primeras veces que una relación no te funcionó seguramente pensaste que no era la persona para vos. Pero el tiempo sigue corriendo y seguís con intentos fallidos por encontrar esa persona especial.
¿Será que te autosaboteas las relaciones? Creeme, es muy probable.
Acá te dejamos algunas razones por las que muchas personas tienen ese miedo a enamorase.
¿Qué es eso que no nos deja enamorarnos?
Señores se llama MIEDO.
Lo sepamos o no, lo neguemos o ignoremos, la mayoría de nosotros lo tiene y es miedo a enamorarse. Este temor puede manifestarse de diferentes maneras y en diferentes etapas de la relación, pero a todos nos nace en algún momento del compromiso un instinto de autoprotección para no salir heridos de tanto cariño.
El amor es de los sentimientos más lindos que podemos vivir. De los más lindos, pero también más intensos. Y con intenso me refiero a que muchas veces nos hace sentir odio, celos, rabia, tristeza, etc. Esto lo hace una total contradicción, porque para sentir uno, necesitamos del otro y ahí es cuando nuestra mente pone el freno de mano.

Maldito instinto de autoconservación
Inevitablemente – a menos que seas masoquista – todos generamos algún tipo de defensa para evitar los malos ratos. El amor trae dificultades o momentos de tristeza por los que no queremos pasar. Muchas veces en lugar de reconocer que solo se trata de nuestras propias inseguridades y de las barrares anti compromiso, cortamos el problema de raíz, y adiós relación.
Sin relación, no hay amor, sin amor no hay tristeza.

Estas barreras que creamos nos hacen sentir una seguridad, pero nos prohíben alcanzar el amor que tanto deseamos.
¿Qué nos hace tener ese miedo? ¿Por qué queremos alejarnos de esa persona que nos gusta?
Acá van algunas explicaciones.
1- Joystick de los sentimientos. El amor nos hace sentir vulnerables
Una relación nueva es territorio inexplorado, y vamos, todos le tenemos un poco de miedo a lo desconocido. Enamorarnos implica un riesgo de algo diferente.
Cuando la relación empieza somos básicamente los mismos, pero a medida que avanza el compromiso le damos más confianza en la otra persona, facilitándole el joystick de nuestros sentimientos. Ahora que nos importa, con cada una de sus acciones tiene la posibilidad de afectarnos. Y esta sensación nos hace sentir expuestos y vulnerables.

Nuestra barrera de contención fue desafiada. Sucede que entre más nos interese esa otra persona, más chances de salir lastimados porque tiene el control de nuestras emociones.
2 – Nuevo amor, viejos fantasmas.
Cuando nos metemos de lleno en una nueva relación, ya no hay espacio para tanto amor y por eso, surgen los viejos temores o fantasmas de relaciones pasadas.
Las heridas que tenemos de nuestras viejas relaciones (incluso de nuestra niñez) tienen gran influencia en nuestro presente y la manera en la que nos vinculamos con el resto de las personas.
Las viejas y malas experiencias pueden afectar mucho tus nuevas relaciones por temor a repetir la historia con alguien nuevo. Por eso evitamos o rechazamos el compromiso por miedo hace resurgir viejos sentimientos de miedo, odio o rechazo.
3 – ¿QUién habla? – hola, somos tus inseguridades
Muchas veces con el comienzo de una nueva relación re aparecen inseguridades de nuestra personalidad que creíamos olvidadas. Viejas historias de rechazos, maltrato o experiencias en las que salimos heridos nos generan una fea sensación que nos hace sentirnos NO merecedores de amor.

Esa especie de voz interior nos dice que esa nueva relación no va a ser posible y nos hace rechazar a esa persona que, muy por el contrario de lo que imagina nuestra mente, nos quiere como somos. Estos fantasmas nos dan miedo a enamorarnos y sabotean nuestro posible amor.
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4 – A mas amor, más heridas.
Cada vez que experimentamos amor o disfrutamos de la vida a un nivel emocional muy alto, podemos también sentir sentimientos negativos. Muchos de nosotros huimos de las cosas que nos pueden hacer bien solamente por miedo a recibir la contracara.
Para darles un ejemplo muy tonto. Ir a la playa es algo que me fascina, me da muchísima alegría. Pero me entristece mucho el momento en que terminan las vacaciones y tengo que volver a la rutina. ¿Dejo de ir? No, porque la felicidad del mar lo vale. Sin uno, no tengo el otro.
Por eso cuando se trata de amor, muchas veces elegimos no enamorarnos para no tener que sufrir las consecuencias algún día. Pero no tenemos en cuenta que en la balanza, lo lindo del amor siempre pesa más.
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5 – Las relaciones pueden alejarte de tu familia
Mi hermano siempre iba a la casa de mis papás los fines de semana. Religiosamente aparecía para almorzar. Sin embargo, un domingo avisó que se le complicaba y de un día para el otro la rutina empezó a cambiar. A ver quién adivina qué pasó
¡Por supuesto, se enamoró!
El amor nos cambia los planes, ahora son 2 los que la den forma al día a día. Necesitan tiempo para estar juntos y también se suman nuevos compromisos. Esto le quita tiempo a los viejos hábitos, y uno de ellos es el tiempo con la familia.
Una nueva relación puede implicar un quiebre emocional con la familia y una autonomía que no estamos dispuestos a aceptar. No siempre es física esta separación, si no que se trata de despegarse del círculo intimo.
6 – Miedos existenciales – más lejos que el amor
Entre más tenemos, más miedo a perderlo. Entre más significa alguien para nosotros, mayor el miedo que nos deje. Cuando nos enamoramos también caemos más en la cuenta de nuestra mortalidad. Parece una locura, ¿verdad?
A medida que pasa el tiempo y nos hacemos adultos, adquirimos más responsabilidades.
Cuando empezamos una relación y ocupamos un lugar importante en la vida de alguien, nos damos cuenta del valor que tiene nuestra vida. Y en consecuencia, nuestro miedo a perderlo todo se hace mayor.
En un intento por meter todo este miedo debajo de la alfombra puede que pongamos el interés en temas mucho más superficiales y banales. Inventamos peleas, le buscamos defectos al otro o busquemos excusas para justificar porque deberíamos permanecer solteros para siempre.
Raramente nos damos cuenta de este tema por completo, simplemente creemos que la otra persona no es la correcta en lugar de afrontar estos problemas existenciales.
Todo con tal de escaparle a esa responsabilidad de la vida adulta que se acerca hacia el final.
el amor es equilibrio
Una nueva relación es un gran desafío, pero el que no arriesga no gana. Si se superan todos esos miedos que pueden aparecer ante la llegada del compromiso, se abre la puerta para un montón de sentimientos increíbles.

El primer paso siempre es reconocerlo e identificar el problema. Hablar el tema siempre es una buena manera de liberarse del peso que llevamos durante años.
Si hay historias por cerrar mejor darles un final, y si hay temas difícil de superar, siempre podemos ayudarnos con un especialista.
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Pero lo importante es no bajarse del barco. Sería una picardía perderse todas esas lindas sensaciones que nos hace sentir el amor, ¿no?
Que el miedo y los fantasmas se haga a un lado porque enamorarse es fantástico.